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Elsie Monge en la sala de su departamento en Quito. Marzo de 2022. Foto: Karen Toro A.
| Jeanneth Cervantes Pesantes

Dani FL (Danilo Fuentes)

Danilo Fuentes, más conocido como Dani FL es guayaquileño, salió del “clóset” a los 16 años. Cuando supo que sentía atracción por otros hombres buscó refugio en distintas religiones, pasó por la adventista, testigos de Jehová, evangélicos, entre otras. En esta última fue en donde confesó durante un culto a todos los hermanos presentes, incluida su mamá (a quien él invitó a esta fe),que era homosexual. Necesitaba confesarlo para liberarse de “ese mal” que le decían que era la homosexualidad, y así, poder sentir alivio.

Uno de los “hermanos” de la iglesia evangélica sabía que a Danilo le atraían personas de su mismo sexo, él le dijo que orara y confesara su pecado para liberarse de ese “espíritu”. En uno de los “cultos”, a pesar del miedo, tomó el micrófono y confesó su “pecado”. A pesar de que el temor se apoderó de su cuerpo en ese momento, sabía que era necesario decirlo para liberarse, nos cuenta que sus palabras fueron: “yo quiero confesar que siento atracción hacia los hombres”.

La reacción de su madre fue llorar. Ella es una mujer muy apegada a las creencias cristianas.Danilo fue sietemesino y nació con complicaciones en su corazón. Para proteger y rogar por su vida, le pusieron como segundo nombre De Jesús.

Después de la confesión de Danilo, el pastor de la iglesia habló con la mamá de éste, le recomendó orar y borrar todo lo que recuerde al “viejo hombre”, borraron su pasado quemando sus fotos, y destruyendo objetos que recordarán quién era él. La religión influyó mucho en la mamá de Fuentes.

Resultado de las creencias religiosas su madre le condenó más de una vez al infierno, recuerda que él quería explorar su libertad, conocer ‘bares de ambiente’ y descubrir su sexualidad a plenitud. En una ocasión, salió y “le drogaron”, pasó así un fin de semana fuera de casa, él no contó nada a su familia por miedo a cómo reaccionarían porque salía, y además, le pasarán situaciones como esa. Cuando llegó, después de esos días, su mamá estaba molesta, tomó una olla con agua que estaba hirviendo en la cocina, y le echó en sus pies para que sintiera como ardería en el infierno si seguía viviendo en pecado.

Su madre no supo cómo afrontar la homosexualidad de Danilo, y la religión aportó a que esto fuese más violento.La idea del infierno se enraizó en lo más profundo de ella. Uno de los recuerdos que conmueven a Danilo, es que su madre teme que él se vaya al infierno por ser un pecador, y que reza porque lo prefiere muerto antes que homosexual.

En esta historia, la religión y la familia son los sitios más inseguro, el lugar donde te niegan y causan miedo, y es la que te encierra en el “clóset”, cuenta Danilo. Para él, hace falta trabajar en la familia porque es el sitio en donde más se expone alguien nuevo que sale del “clóset”. Es necesario brindar espacios seguros a adolescentes que no tienen independencia económica para salir a vivir solos en caso de estar expuestos a vejaciones o violencia por su sexualidad. Jóvenes expulsados de sus casas y sin dinero, que se encuentran con personas que, aprovechando esta situación, abusan sexualmente o los explotan al verlos desprotegidos.

Danilo tiene 24 años y actualmente es activista del colectivo Alianza Igualitaria. Ha encontrado dentro de la comunidad LGBTI una familia y acompañamiento. La idea de que amar a otro hombre fuera un pecado quedó atrás, y encontró en el activismo el lugar para dejar el miedo.

Especial completo aquí.

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Autoras

Jeanneth Cervantes Pesantes

Editora de la revista digital feminista: La Periódica. Asesora de comunicación con enfoque en violencia, género, derechos sexuales y reproductivos. Feminista apasionada por la encrucijada digital.